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martes, 15 de noviembre de 2011

Guillena - La Cantina - Castilblanco de los Arroyos - Guillena

Hola a todos, bueno, el Domingo hicimos una ruta de lo más entretenida. Los que sois de por aquí abajo ya os es familiar y poco vais a descubrir en esta entrada, pero para mi ha sido un descubrimiento. Muchos somos los que nos vamos a Guillena para hacer nuestros entrenos y también son muchos los que desconocen este "circuito" Lo mejor, las vistas del embalse del Gergal.
A las 08:30 quedamos mi amigo Sergio y yo en el garaje para montar las burras y salir hacia Guillena. Llegamos al principio de la vía verde. Cada día hay más y más gente... dentro de poco pondrán a algún gorrilla para que podamos aparcar los coches...
Vamos buscando la entrada hacia el tramo restringido y no nos dejan de pasar bikers... y bikers... y coches con cazadores. Nosotros dos moscas, porque parecía que había una concentración y no nos habíamos enterado... impresionante.
Nosotros a nuestro ritmo, en principio no íbamos a sacar los cuchillos, pero cada vez que vamos los dos solitos y si ninguno está convaleciente por lesión o caídas... siempre nos gusta llevar un ritmo "alegre" para ver como vamos de nivel...
Empezamos suave, hablando, esta es quizás los mejores momentos que tiene la bici, el ir con un amigo, en mitad del monte para poder hablar, desahogarte de las penas de la semana y después de poner todas las cosas en su sitio, ya se olvida uno de todo y empieza a ser consciente de la belleza del lugar en el que se encuentra.
Lo que prometía ser un pacto de caballeros se fue rápidamente al carajo con la primera cuesta que pillamos y a partir de ahí el ritmo no fue decreciendo. Empezamos a adelantar a muchos de los que nos pasaron al principio y también somos adelantados por alguno.
Se nota que está cerca la media maratón de los Palacios y la maratón de Sevilla, que cantidad de corredores... Tendremos que tener cuidado para no atropellar a ninguno en cualquier curva cerrada.
La ruta transcurre paralela al embalse, con sus subidas y alguna larga bajada. Hoy las bajadas las tengo que negociar finamente ya que el neumático trasero es estrecho y para barro y la verdad... no me apetece nada ver la flora y fauna que hay por las cunetas...
Con este ritmo llegamos a La Cantina, el oasis de la ruta, en compañía de otro chaval que nos seguía el ritmo, pero al llegar a la Cantina nos abandona.
Seguimos hacia la presa y empezamos la larga subida que nos lleva hasta donde están unas fincas con ganadería brava. Impresiona ver a esos animales, con esa cornamenta... no puede uno evitar pensar a la velocidad que subirías las cuestas si alguna valla estuviera abierta...


En esta subida, Sergio y yo no dejamos de vernos, pero en esta ocasión, por suerte yo voy delante. Aquí vamos adelantando a más gente y también nos adelanta alguno.
Llegamos al cruce y giramos a la derecha, camino Castilblanco de los Arroyos. El tramo que queda consiste en una larga subida, no muy pronunciada pero un larga y rápida bajada al embalse.
Al llegar al embalse parada técnica para geles, barritas y cambiarle el agua al pajarito...
Llegamos al pueblo y ahora vamos a ir por carretera unos 4 ó 5 km para después desviarnos por el Camino de Santiago.
El sábado de la semana pasada, como había llovido tanto, al hacer esta misma ruta no fuimos por este camino, si no que tiramos por carretera hasta Burguillos. Pero como no ha llovido ahora el camino estará mejor.
Sergio me va medio avisando, medio acojonando sobre este camino... que si está muy roto, lo estaba, que si está lleno de piedras, lo estaba, que si había regueros dejados por el agua y los había, vamos que si los había.
Antes de coger el desvío, los dos coincidimos en que comparado con la ruta del finde pasado, íbamos muy bien de tiempo... error. Cogemos el desvío y empezamos a ver flechas amarillas y piedrecitas en los postes. Que recuerdos del verano pasado...
Vemos a unos pocos peregrinos, pero los vemos de casualidad, ya que nuestros ojos prestan atención a cualquier piedra o escalón que hay en el camino. Llamarle camino a esto... es un piropo, pero la verdad... yo estaba disfrutando como un enano. 
Yo delante intentando llevar la trazada buena, Sergio a rueda, pero más cauteloso... le sigue penalizando la técnica y los miedos. La mejor forma de afrontar estos caminos tan rotos, es confiar en que consigues ver la trazada que consigue superar los obstáculos o la otra forma es ir con un poco de miedo e inseguridad. Yo personalmente prefiero la primera, corres el riesgo de una caída más dura, pero si vas por la trayectoria buena, no te caes. Lo malo es la opción 2, si vas inseguro... vas más lento, pero las probabilidades de caerte son mayores.
Una piedra suelta, la rueda delantera que pasa por encima y el desplazamiento del conjunto piedra-rueda, hace que nos llevemos un susto al caerse Sergio. La peor parte se la llevó el sillín, que del golpe se salió uno de los raíles. Pero la cosa quedó en eso, un susto, menos mal.
Paramos un largo rato intentando meter el raíl en su sitio, temiendo que Sergio tenga que terminar la ruta sin sillín... sería un final feliz???? jajajaja
No lo conseguimos y la solución pasa por sujetarlo con una brida.


Fauna autóctona..


Seguimos ruta pero ahora bajando con más precaución, y aún así no me libro de salir con los pies por encima del manillar... pero sin consecuencias.
Este camino de Santiago va a ser de lo más interesante... no llevamos más que un par de km cuando noto que la bici se va para todos lados, miro... pinchazo, vamos... estamos acojonados, faltan poco más de 9 km para llegar a Guillena y en 5 km nos ha pasado de todo... Llegaremos sanos y salvos a Guillena??? Si, no preocuparse que llegamos... jajaja. 
Se ha metido un pasador de unos 5 cm de largo y un diámetro de más de 3 mm, no hay moco verde que valga... y eso que voy estrenando neumático...


Ante un pinchazo, el buen humor.


Un caballete de taller improvisado.


No es por tirarnos flores, pero así se tira una cámara pinchada en el monte... a la espalda.

Lo que parecía una pista para probar las suspensiones de los tanques, ya va tomando forma de pista para mtb y de ahí entramos en el polígono industrial. Ahora 2 km para llegar a Guillena no sin antes clavar frenos al llegar a la altura del primer bar y tomar un bien merecido botellín.
Bueno, al final todo el tiempo que habíamos recuperado antes de entrar en el camino de Santi, lo hemos perdido con la caída, sillín, pinchazo y botellín. Pero se ha pasado una buena mañana de mtb... unas risas, sacamos los cuchillos y he descubierto una nueva ruta.

Aquí os dejo un link del mapa.

Saludos.

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