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lunes, 30 de mayo de 2011

10000 del Soplao 2011

Ring, ring, ring, ring. Suena el móvil
Diga?
Hola Eli, que tal?
Hola Carlos, bien y tu?
Bien, aquí estamos Ana y Pruden en Ourense hablando de una locura...
Una locura? verás?...
Si, ya hemos hablado con Paco y está de acuerdo, sólo faltas tu...
Y que locura queréis hacer?
Te suena los 10000 del Soplao?
Si, eso es en Cantabria, y creo que unos 150 km o algo así.
Exacto, son 165 km y tenemos abierta la página para inscribirnos... sólo faltas tu.
Estáis locos... yo se que eso es un infierno y nunca hice una distancia similar, conmigo no contéis...
Quién es?
Carlos, que quiere que me apunte a una carrera en Santander de 165 km...
Pues si quieres, te apuntas, pero tienes que entrenar..
Eva me anima a ir...
Sólo faltas tu... estamos todos apuntados...
Jo...der... que cabrones... venga, va, de perdidos al río.

Bueno, esta conversación telefónica tuvo lugar a finales de Diciembre y de esta forma, Carlos consiguió una vez más, lo que el deseaba... que un grupo de amigos hagan una aventura que a lo mejor nunca más podríamos hacer.
Esta aventura que tendría lugar en Mayo, nos ha demostrado lo que la amistad es capaz de conseguir y hasta que punto el cuerpo humano es capaz de llegar, física y mentalmente.
Meterme en esta prueba me ha valido primero para retomar la amistad de un grupo de amigos, que estaba en punto muerto por culpa de la distancia y que ha sido reforzada. También me ha valido para descubrir a gente que estaba ahí y que yo tenía otra opinión equivoca de ellos. Otra cosa que vino de rebote fue conocer a Antonio, que gracias a sus consejos y experiencia en esta prueba, me han ayudado algo para poder terminarla.
Bueno, al grano. El comienzo de todo empieza el Jueves a las 18:00 de la tarde metiendo la burra de Antonio en el maletero de mi coche. Ya habíamos perfilado todo el camino, a que hora parar, cuando comer y lo más importante de todo, A QUE HORA LLEGAR A CABEZÓN DE LA SAL...
Bueno, llegamos a Cabezón de la Sal con más de 3 horas de antelación y con un subidón de Red Bull decidimos hacer turismo por la región, San Vicente de la Barquera... Comillas... y al final terminamos a las 05:00 en la puerta del hotel.
Amanece y vamos a desayunar, ya el pueblo está preparado para acoger la prueba, vallas, publicidad, la gente que nos mira y nos pregunta si vamos a participar en la prueba. Ya estamos nerviosos y aún falta un día para la prueba. Vagamos por el pueblo y nos vamos contagiando del ambiente.



Recogida de dorsales y a esperar por el resto de la expedición, Carlos, Ana, Paco y Pruden.
Nos vamos al hotel, nos registramos y empezamos la cuenta atrás en forma de revisar las burras y preparar todo el equipo y ropa para que por la mañana no quede nada a la improvisación.
Llega el resto del equipo, ya estamos TODOS, comienza el Soplao...
Suena el despertador a las 06:00, algunos hemos tenido durante la noche... "hilo musical", pero son sólo gajes del oficio. Ya empiezan los primeros nervios, Carlos busca que te busca todas las cosas, otros fuman... Coches para Cabezón, montar bicis y nos vemos en la salida.
Ya casi todos agrupados en la salida, el ambiente no se puede describir, unos 4000 corredores en la salida.

Después nos enteramos, que desde que sale el primero hasta el último... pasan 20 minutos.
Las caras que tenemos son un poema... Cada uno lleva una estrategia en la cabeza... Carlos ya tiene la cabeza divida entre los perros, nosotros y Ana, su intención va desde terminarla, terminarla de día y terminarla antes de 10 horas. Antonio tenía planificados todos sus entrenos para hacerla en menos de 10 horas, pero el Martes anterior lo atropelló un coche con la bici y debido a las molestias, su objetivo era terminar de día. Mi estrategia era la de ir en grupo, buscar la rueda de Antonio y cuando "despegara" después del km 100, dejarlo e ir a mi ritmo, quería terminar. Paco seguía con su idea de hacer 60 km y punto... Ana quería probarse, había hecho rutas de 100 y 120 km y sabía que hasta allí podía llegar, pero... podía ir más allá??... Pruden es el que mejor llevaba planificada su ruta... en la salida pisar y coger distancia, después en las subidas a 6 km/h, llaneando 15 km/h y en las bajadas a 20 km/h, cuando Carlos lo alcanzara ir a su rueda, si no podía ir a su ritmo, esperaría por la mía y así hasta el final, la estrategia perfecta. Si no fuera por las molestias físicas que arrastraba, hubiese terminado.
Igual que todos... ACDC en los altavoces  la traca y empiezan LOS 10000 DEL SOPLAO. 

En el minuto 02:17 sale Pruden y en el 02:25 el resto.

Justo en la salida todas las estrategias se rompen menos la de Pruden, ya en el arco de la salida nos saca 11 segundos... La idea de ir todos juntos se va al traste. Pruden, Carlos y Antonio salen disparados y con el mogollón de gente es imposible alcanzarlos. Detrás veo a Paco y Ana. Cambio de estrategia, me voy con ellos. He venido a disfrutar de la compañía de mis amigos y a sufrir con ellos en el Soplao.
Paco me dice que tire, pero no tengo intención de hacerlo, he aprendido de errores anteriores... Vamos casi cogiditos de la mano, no perdemos la visual, todos acojonados por las subidas que nos esperan. 
El ritmo que llevamos es bueno, ni fuerte ni lento. Vamos todos cómodos, Ana va adelante, en el medio y detrás, y nosotros vamos como sus escuderos, no queremos que le pase nada.
Yo veo a Paco feliz, se le ve en la cara, habla con gente, con unos "perros" que ve y con otra gente de Betanzos. 
Entre conversación y conversación los km van pasando, por ahora el Soplao no muestra los dientes, nos miramos Paco y yo coincidimos... a este ritmo... se puede intentar terminar el Soplao. No era consciente de ello, pero en ese momento había cambia de estrategia, ya no iba a por los 60km, IBA A INTENTAR TERMINAR EL SOPLAO.
Y llega la primera en la frente, un simpático cartel nos avisa... AQUÍ EMPIEZA EL INFIERNO... delante nuestra una cuesta que empieza asfaltada y como unas 2000 personas delante nuestra empujando las bicis... impresionante.
Hay algunos claros y estoy tentado de subirlos en la bici, pero Paco sabiamente me aconseja que no lo intente, tenemos que reservar las fuerzas. Tengo que intentar controlarme mejor...
Las subidas empiezan ahora a ser más largas, cada uno va marcando su ritmo. Ana tiene un pedalear que es una gozada verla, como va esta niña. Paco va delante, va fuerte y puede marcar un buen ritmo, yo intento que Ana no pierda la visual, voy arriba y abajo, vamos a buen ritmo. Aprovecho algunos llanos para coger distancia y hacer alguna foto.


Como podéis ver, la sonrisa no desaparece de nuestras caras.
En los avituallamientos aprovechamos para bajarnos de la bici, coger comida y bebida, comer y beber.


Antes de empezar la subida al Soplao recibimos una llamada de Carlos, está con Antonio y nos esperan para poder llegar a la cima juntos. Seguimos sin noticias de Pruden, pero sabemos que va fuerte, aunque después nos enteramos de que las está pasando canutas. 
Coronamos el Soplao y Antonio decide seguir, para no enfriar y perder el ritmo. Carlos se queda con nosotros para afrontar la bajada. Reponemos fuerzas en forma de geles, barritas, plátanos y líquidos. Bajamos, cada uno a su velocidad, al llegar abajo, el primero espera. Una vez abajo, Paco aprovecha para mirar su rueda trasera, no tiene buenas sensaciones. Conseguimos convencer a Carlos de que tire, que vaya a su ritmo, yo me quedo con el grupo. Nos hace caso y se va tranquilo.
Ahora seguimos nosotros tres hasta donde LA FUERZA NOS ACOMPAÑE...
Nos comemos un par de subidas, unas más largas y otras más cortas... pero los problemas empiezan a aparecer, Paco empieza a tener molestias en la espalda, con un poco de Reflex se alivia, pero sólo momentáneamente, Ana se queja de que le duele la cabeza, hay que tener en cuenta que no hemos dejado de ascender, partimos a 30 metros sobre el nivel del mar hasta llegar a los 1300 metros de altitud.
Seguimos esperándo unos por otros hasta que llegamos a un avituallamiento a los pies del mítico El Moral, delante nos esperan 12 km de subida y aun ritmo de unos 6 km/h, la ascensión promete casi 2 horas de esfuerzo.

Atacamos El Moral. Nos vamos apollando unos en otros, en forma de ánimos, y consejos. Vemos a los primeros retirados, los pobres vienen rotos, evitan nuestra mirada... También vemos a los primeros... Dios bajan como misiles.. En una parada tenemos las primeras noticias de Pruden, va a "sólo" 3 km delante nuestra, nos espera en la cima. Paco sigue con molestias, pero no se da cuenta de que ha dejado sus "60 km" hace bastante tiempo... A Ana le aparece otra molestia en forma de molestias en el estómago, ganas de vómito... Yo se lo que es eso, me han salido en alguna prueba por culpa de los geles, por suerte ya mi estómago se ha acostumbrado a ellos y no me molestan tanto.
Cuando ya creemos que ya coronamos El Moral, éste se rie de nosotros. Lo que parecía una bajada no era más que un espejismo para seguir subiendo. Ahí ya la sonrisa desaparece... el abandono ya va tomando fuerza. No insisto, no merece la pena sufrir, el objetivo está más que superado, estamos en el km 89, falta poco para coronar pero aún queda Fuentes otro puerto de 16 km... y unos 70 km más.
Llamamos a Pruden y está en el avituallamiento abajo, a unos 9 km, hablo con el y apenas le oigo, le digo que tire, que tire, que Ana y Paco seguramente abandonen y yo intentaré alcanzarlo para ir juntos.
Coronamos el puto Moral... ha enseñado bien sus dientes y ha terminado con Paco y Ana... Arriba Paco ve a un chico que también está listo de papeles y decide bajar con ellos para retirarse. 


Yo tengo un cacao en la cabeza... por un lado no quiero dejarlos, viendo en el estado en el que están... pero por otro lado estoy bien, tanto de piernas como de coco... No se que hacer.
Empezamos a bajar... cada uno a su ritmo... yo estoy bajando más rápido... y en esa bajada decido tirar para adelante... y que sea lo que Dios quiera. Tantas horas robadas a la familia, tantos entrenos, viajes en avión... tengo que intentarlo, además ahora tengo una motivación EXTRA... PRUDEN VA DELANTE Y TENGO QUE INTENTAR ALCANZARLO PARA IR JUNTOS. 
Se que la distancia es mucha, pero hay que intentarlo.
Llego al avituallamiento, relleno líquidos, y meto fruta en los bolsillos del maillot, hay que parar lo mínimo posible y comer en movimiento.
En mi lucha se ha añadido un contrincante... el dolor en el culo... cada vez es más insoportable y la única forma de aliviarlo es subiendo andando y pedaleando de pie encima de la bici. Voy subiendo el ritmo, Antonio me dijo que la media debía ser sobre 11 km/h para poder llegar al corte a los pies de El Moral, ahora mismo era de 9.8 km/h...
Llego a los pies del puerto de Fuentes... repongo líquidos y sólidos, monto y no lo pienso, si lo pienso no subo... La subida es larga, me esperan más de 2 horas de subida...
Durante la subida no paro de hablar con la gente, intento subirme a mi mismo la autoestima, creo que no he parado de hablar y animar desde que empezamos la carrera, jajaja.
Adelanto a gente y me adelanta muuuuuuuuuuuucha más gente, mi ritmo es de 6 km/h, paso de aumentarlo, aún me queda prueba, pero me imagino que Pruden irá igual...
A media hora de coronar empieza a llover... sienta de maravilla, refrigera y desvía mis pensamientos en otra cosas. PRUDEN... PRUDEN... PRUDEN....
Por fin corono Fuentes...
Otro avituallamiento, otra subida, otra bajada... y ahora niebla... Dios, pero que más falta, nieve???
Comienzo la bajada de los Tojos, casi 20 km, intento hacer una llamada pero no hay cobertura, se que los demás pueden estar preocupados, me imagino que al llegar a alguna población podré llamar.
La bajada se hace a un ritmo bestial, picos de más de 60 km/h, ahí si que adelanto a mogollón de gente.
Llego a la carretera y llegan las llanuras... y para mi sorpresa... HE LLEGADO AL CORTE, son las 20:45,  llevo más de 12 horas sobre la bici... el corte era a las 21:00, por 15 minutos he entrado.
Llamo a Ana y le digo que he pasado el corte, que "sólo" me queda subir el Moral, bajar y llegar a meta. La alegría que le ha dado, y eso me ha subido la moral, le digo que aún no he alcanzado a Pruden y me dice que ha abandonado en el avituallamiento al bajar el Moral... los dolores no le han permitido continuar... abandonó con rabia y lágrimas en los ojos. Después al leer su crónica, me enteré de que se fue del avituallamiento para que yo  no lo viera, porque si lo veía, intentaría tirar de el y que corría peligro de no pasar el corte por su culpa, así que se sacrificó para que yo pudiera conseguirlo, me quito el sombrero ante ti.
Repongo líquidos y sólidos, me espera una hora y media de subida. Ataco el Moral por su otra cara.
Mi preocupación son las condiciones atmosféricas... está anocheciendo... y por las laderas de los montes... sube la niebla... No sabía lo que me esperaba arriba...
La subida se me hace larga, son muchas horas y el dolor del culo es grande. Me tengo que bajar de la bici en muchas ocasiones para aliviarlo. Al final he descubierto que la badana no es tan buena para pasar tantas horas encima de la bici...
Sobre las 22:10 llego a la cima, he coronado el Moral, ahora me separan 35 km de bajada y llaneo hasta meta, pero hay un problemilla... es noche cerrada y la niebla es muy espesa, no hay visibilidad a más de 5 metros. Hablo con Ana y le digo que he coronado, que empiezo a bajar, que alguien me ha dicho que se tarda unos 35 minutos en llegar a meta... pero con este tiempo... no se yo.
Viendo el panorama... me arrimo a otro biker, Alberto de Madrid, que lleva luces y le pregunto si no le importa que me arrime a el y le chupe la luz, me dice que no y así bajo hasta las luces de la ciudad.
La bajada es lenta y tensa, no hay mucha visibilidad y sabemos que en los montes hay muchos animales sueltos... pero hemos tenido suerte, llegamos a la carretera, la cabeza va bien, las piernas responden... perfecto, esto está hecho.
Llegando a Cabezón de la Sal, la gente aún está ahí, animando, Dios, es increíble el ambiente es fantástico.
Entramos en el pueblo, los pelos de punta, la gente aplaude, anima, y oigo, Eliiiiiiiiiiii, Eliiiiiiiiiiii, es Ana, las lágrimas aparecen en mis ojos... Entramos Alberto y yo cogidos de la mano, pero a un par de metros de meta, lo lanzo para que entre primero, sin el, no hubiese podido bajar el Moral.
Al final han sido 15 horas y 18 minutos, no se cuantos geles, barritas, plátanos, litros de acuarius, litros de agua... pero ha merecido la pena, he terminado, si, es cierto.
Por la meta aparecen todos, Ana, Carlos, Pruden, Paco, después vendría Antonio. Todos me felicitan y me abrazan, es un momento mágico y me mente salta a más de 1000 km de distancia, ahí están mis dos amores, Eva y Raquel.
Bueno, esta prueba tiene una cosa curiosa, cuando la terminas o la haces, tu instinto de seguridad te dice, por aquí no vuelvo ni loco, pero cuando te das cuenta... ya estás mirando la fecha de la 6ª edición.... si, el año que viene volvemos, así que Soplao 2012... prepárate que los karacolos van a por ti y esta vez... terminamos, si o si, además este año traemos refuerzos, Eva y Miguel.
Bueno, desde esa llamada de móvil hasta este final han pasado 5 meses de entrenos, viajes a La Coruña y a Ponferrada, un coche nuevo, una pájara de la que he aprendido mucho, un nuevo amigo de fatigas, Antonio, horas robadas a la familia, el apoyo incondicional de mi mujer y la preocupación de Raquel, que aún recuerdo cuando le decía a Antonio que me cuidara para que no me pasara nada...
Ha merecido la pena??? SI.

domingo, 15 de mayo de 2011

Crónica de una pájara anunciada. 143 km

Bueno, esta ha sido la prueba de fuego para saber si todas las salidas y entrenos acumulados han servido para algo. El objetivo eran 150 km, pero al final sólo he podido hacer 143 km.
La ruta empezó temprano, ya que el día amenazaba calor y la verdad es que no defraudó para nada, mucho más calor de lo que esperábamos... A las 07:30 ya estábamos saliendo de Gerena dirección Aznalcóllar. Íbamos Antonio, con el que haré el Soplao, y un amigo suyo Javi, que llevaba la sorpresa del día... un chaval con 15 años, delgado y con un sólo bote de agua para hacer casi 90 km... de locos. Supongo que hoy ha aprendido muchas cosas..
Bueno, de Genrena a Azanalcóllar hay sólo 16 km por ctra. pero el objetivo era acumular km y más km. Al llegar a Azanalcóllar  nos unimos con el resto del grupo, unos 6 chicos más, Salas, Jose y del resto no me acuerdo.
La temperatura estaba ya por los 20º y subiendo. 
La ruta elegida era la del 5º Desafío sierra de Aznalcóllar que saldrían unos 89 , 90 km. Algunos de vosotros ya sabéis como es la ruta, por hacerla o por salir habitualmente  por allí. 
Antonio  marca ya un ritmo de Soplao, esto es, lento, lento y lento en las subidas. Yo como ya se que él tiene la experiencia del año pasado, lo sigo a la misma velocidad, lo que pasa es que el resto del pelotón va fuerte y siempre delante, pero Antonio me explica que ellos van a hacer "sólo" 90 km y nosotros 60 km más.
El chaval de 15 años va fuerte, pero no tiene ni idea de cambiar, mete unos cruzados de cadena que entran ganas de llorar, unos cambios de ritmo... nosotros empezábamos a hacer apuestas... este no llega a los 50, otros que a los 60, pero todos coindíamos en que no la terminaba...
Lo bueno de la ruta es que no hubo ningún incidente, ni caídas ni averias gordas, así da gusto.
A los 40 km el chavalín había terminado su agua... y ya empieza a pedir, esto ocurrió un par de veces más.
Eran las 11 y ya estábamos a unos 35º... Las subidas se hacían eternas.
Pues al llegar al km 60 el grupo se separa, unos han de tirar al pueblo por carretera, el amigo de Antonio y el chaval no pueden seguir, más por el chaval que se ha vuelto a quedar sin agua y lleva los huevos a rastro... Nos pregunta que cuanto nos queda, Antonio le explica que al grupo gordo unos 20 y tantos km y que a nosotros dos otros 80 km más... casi se cae de espaldas... el chaval y yo... jajaja.
Seguimos la ruta, el agua empieza a escasear y el sol es impasible con el pelotón...
Antonio termina su ración de agua y como yo he reservado y dosificado, le empiezo a dar de la mía. Lo bueno es que a las 12:30 yo aún tengo agua fría en la camelback, lo bueno de congelar por la noche la mochila... Antonio no para de darme las gracias... la verdad es que tenía complejo de oasis.
Las sensaciones son buenas, las piernas responden y el humor está ahí, por lo que voy bien. Pero mi mente no para de pensar en los 60km más de regalo con el calor que hace...
Sobre las 13:30 llegamos por fin al pueblo y nos metemos en un bar a tomar cocacola y agua, mucha agua. Hablamos un poco con los otros compañeros que sabiamente nos aconsejan que nos vayamos a casa, que es una locura seguir con la ruta, yo pienso igual, pero quiero acumular km para el Soplao. Volvemos a rellenar los camelback con agua e hielo y nos montamos en las bicis. Es gracioso ver la cara de un chico que nos pregunta que cuanto nos queda, le decimos que nos quedan 60 y que llevamos 90, su cara era un poema.
Empezamos a picar pedales y cogemos el desvío de las coladas. Esta ruta rodea a Aznalcóllar por detrás y llega a la carretera para volver a entrar en el pueblo. La tendencia es subir, subir y subir, con alguna cuesta larga.
Yo a partir del km 119 ya no puedo con mi alma. Antonio ya se despega de mi, el va de menos a más. Se le nota el fondo que tiene y que su entreno ha sido más intenso, más horas y de más km, además de intercalar salidas con la gorda y con la flaca de carretera.
Mi sentido de humor ya ha desaparecido... el calor, el cansancio y el dolor de culo (se me olvidó el Okole) ya están minando todas mis fuerzas. Antonio se despega y me espera, se despega y me espera, y no para de motivarme y decirme que no le interesan mis quejas, empiezo a odiarle... jajajaja. No para de darme consejos, animarme, motivarme, me ve mal y hace bien su trabajo, ya que si no es por el... ya hubiera dado la vuelta. Otra vez se queda sin agua y vuelvo a darle de la mía, trabajo en equipo.
Llegamos a la puta carretera y decidimos tirar ya al pueblo. Lo bueno es que hasta ahora las piernas están enteras, ni amago de calambres ni agujetas, todo gracias al ritmo marcado por Antonio al principio de la ruta, eso y que no se me han disparado las pulsaciones y así evité la creación del ácido láctico, que creo que es el problema de todos mis calambres.
Yo sigo mal, con ganas de vómitos y un poco mareado. Antonio sigue animándome y motivándome. Pero a falta de 3 km para llegar al pueblo mi cuerpo y mi cabeza ya no pueden más, tengo que buscar una sombrar y parar. Llega Antonio y me aconseja que me tumbe y me dice que estamos a 3 km de la cocacola, yo le digo que ya lo se, pero se que los 3 km son todo subida, muy suave, pero ahora a mi me parece un puerto de montaña. Después de 10 minutos ya recupero un poco las fuerzas para llegar al pueblo. Entramos en el mismo bar que a la mañana y la cara de la camarera era un poema, jajaja. "VOSOTROS NO HABÉIS ESTADO AQUÍ A LA MAÑANA???" jajajaja, si, hija si... éramos nostros, "PERO ESTÁIS LOCOS, CON EL CALOR QUE HACE". La verdad es que seguro que rozamos los 37º, sin ninguna duda.
Yo no puedo continuar, no me veo con fuerzas, estoy agotado. Me tomo la cocacola y Antonio me da un gel con cafeína para subirme el azúcar y para que me venga arriba, pero decide que el va a seguir hasta Gerena, 16 km, y vuelve con el coche a recogerme. Impresionante lo de Antonio... 
Pues allí me quedo yo solo en el bar, a la sombra, tomando cocacola, aguas, café con hielo, un paquete de pipas y aguantado al borracho del pueblo intentando traducir lo que decía...
Pasa una hora, yo ya me encuentro recuperado pero veo que Antonio no llega y me empiezo a preocupar, yo lo veía fuerte y mis cálculos mentales eran, 45 minutos para hacer 16 km por carretera está bien, y después 15 para volver en coche... pero no venía. A la hora y media ya estoy seriamente preocupado, a ver si le ha pasado algo, yo sin batería en el móvil y el que no llega. Me encuentro con fuerzas, me despido de los parroquianos del bar y cojo la bici para ir ha Gerena. Al llegar a la salida del pueblo veo ya el coche de Antonio, le digo que ha tardado un huevo, que me tenía preocupado. El empieza a reirse, VAYA BRONCA QUE ME ESTÁS DANDO, YO QUE PENSABA QUE TE ALEGRARÍAS DE VERME, SE NOTA QUE ESTÁS A TOPE DE CAFEÍNA, jajajja. La verdad es que es cierto, en vez de alegrarme, le riño, jajajja. 
Llegamos a Gerena y Antonio no para de reírse en todo el camino, ajjaja. Yo le digo que así no me veo para el Soplao, pero el me devuelve a la realidad y me dice que con la cantidad de km que hemos hecho, el CALOR que hemos pasado y con el sufrimiento que he tenido, el Soplao lo termino... El sábado lo veremos.
Bueno, pues esta es la crónica de una muerte anunciada, me imagino que con 15º menos, el final sería diferente, pero aún así, este final me ha gustado.
También decir que además de mi crónica, habría otras crónicas, la de Antonio por ejemplo sería del estilo, "vaya con el gallego, este no acaba ni de coña, pero menos mal que sabe dosificar el agua o algo del estilo de este se me muere por el camino, a ver como se lo digo a la mujer..."
Otra crónica sería la del chaval de 15 años, "hay que ver todos que pesados son, siempre dándome la vara con los cambios... mierda, otra vez se me a acabado el agua. O también diría... ESTO CUANDO LECHES TERMINA???"
Y la última la de los compañeros que hicieron la maratón, "vaya dos tortugas... estos terminan el Soplado al día siguiente. O también, y ahora quieren hacer 60km más???? ESTÁN LOCOS... Y EL GALLEGO SE MUERE HOY..."
Bueno, pues al final yo hice 143 km, un acumulado de 3000, 5980 calorías quemadas, 2 kilos menos de peso y 10 horas y media.
Saludos a todos y nos vemos en el Soplao.

miércoles, 4 de mayo de 2011

101 PEREGRINOS

Hola a todos, bueno, pues hoy a contar mi experiencia en los 101 Peregrinos de Ponferrada, León. La historia de participar en esta prueba de MTB viene de lejos, meses, y es preparatoria al objetivo de participar en los 10000 del Soplao en Santander, que una vez cerrada la inscripción, van a participar 3913 corredores en MTB.
Pero esta historia empieza en un aeropuerto a las 10 de la mañana con una maleta... El vuelo no salía hasta las 12:45... uno que es previsor.
Vuelo sin incidencias y a esperar a que me recojan Carlos y Paco. Saludos, abrazos, besos y vamos a por Chelo. Durante el camino nos enteramos de la noticia de que Pruden va a realizar los 101 con una nueva y flamante montura, una Trek 8 montada en XT... Las espadas están en alto.
Saludos a Chelo y me voy a casa de Carlos para comer. Durante el vuelo le había echado el ojo a una de las alas... que hambre...
Llego a casa de Carlos y besos y abrazos a Ana, Andrea y Martita, una alegría verlas. Al ver la cara de Ana ya me quedo más tranquilo, hacía una semana de su caída en bici y la verdad es que tenía buena pinta.
Después de comer me tocaba disfrutar de la compañía de Paco, esta vez no había bici por delante. Nos fuimos a la tienda TREK de la Coruña para recoger una rueda. Mientras estamos allí Paco habla con el comercial que le vendió su coche y me dice que ya se lo tienen listo y cojemos camino a  Santiago. Carretera, buena conversación y llegamos. Bla, bla, bla con el comercial y un amigo de Paco y vuelta a la Coruña porque Carlos me tenía programada una visita a la Coruña en MTB por los alrededores de la torre de Hércules. Fue alucinante picar pedales al atardecer por la costa y ver ese paisaje marinero gallego, morriña... La pena es que no disfrutamos de la compañía de Paco.



Ducha y cena. Un poco de buena conversación y a la cama. 
El viernes también lo tenía programado al milímetro, por la mañana con Ana al médico y otra vuelta por la Coruña en bici, con Ana como gregaria de lujo. Que bien anda esta niña en bici, tiene xeito (estilo) y sabe sufrir. La vuelta terminó con una buena conversación con un aquarius delante.
Después de comer preparamos todos los pertrechos y arrancamos hacia la aventura de los 101.
Quedamos a mitad de camino con Pruden que había salido desde VillaGarcía, con sus dos hijos, Óscar y Pablo y su nueva bici. Nos encontramos en mitad del camino, paramos, saludos, besos, abrazos. Repostamos y vuelta a la carretera.
Después de esquivar el pueblo dónde estaba una de las casas para dormir... Llegamos y dejamos maletas y demás. Nos vamos corriendo a Ponferrada a por los dorsales y a cenar.




Carlos tenía el dorsal 125, pero no sale en la foto porque es un perro y estaba con la manada...
Lo bueno es que Carlos había sido previsor y ya teníamos pagada la cena en el Polideportivo, y por 3€ nos pusimos morados de pasta, ensalada y yogur.

Vamos a la habitación de la casa restaurante y ahí empieza un espectáculo diferente, esta vez de sonidos, ronquidos... ranas... lluvia...
07:30, suena el despertador, me levanto, cojo la almohada y voy a la habitación de Pruden, le doy con ella y le grito "LEVANTA PEREGRINO QUE TE ESPERA EL CAMINO".
Hoy es el día, los nervios ya se respira en el ambiente, empezamos a vestirnos, que si de corto, que si de largo, que si no va a llover, que si va a llover, que hace calor, que hace frío... me veía con un remolque en la bici para llevar toda la ropa. Al final, de corto, con camiseta térmica, manguitos y el chubasquero en el bolsillo, geles, gominolas y la cremita del culo...
Vamos al coche, que parecía un parking de bicis... las pobres toda la noche bajo la lluvia.
Nos vamos al polideportivo para entrar en el cajón de salida. Aún no somos conscientes del infierno que tenemos delante. El ánimo es bueno y la motivación alta. Carlos ya empieza con la planificación de la carrera, que si colocarnos adelante, que si ir juntos, que si relevos... Pruden y yo nos miramos... en fin, él es el más fuerte de los tres, puede pensar en todo eso, nosotros dos pensamos en poder terminar.
Ya dentro del cajón el ambiente es fantástico, cientos de personas en bici y también los marchadores, eso si que tiene mérito, 101 km corriendo... Música, bikers, bicis, nervios.... megafonía dando consejos...
Empieza la carrera, una vuelta al pabellón y detrás los marchadores. Carlos quejándose porque no vamos con el grupo de cabeza, demasiado tarde, ahora no se puede adelantar a nadie. Empezamos la carrera sin noticias de Ana y los niños, pero pronto los vemos. No hay nada como ver a una cara amiga para que te aparezca una sonrisa en la cara. Gracias a Ana tenemos un estupendo reportaje fotográfico.


Carlos empieza  a adelantar a corredores, Pruden y yo vamos juntos. La gente de Ponferrada se vuelca con los ciclistas animando.
Empiezan las primeras cuestas, a Carlos ya no lo vemos. No pierdo de vista a Pruden, que va a su ritmo pero se me queda descolgado; "VAS BIEN?" esta pregunta se la hice no se cuantas veces, anda resfriado, bici nueva, nuevas sensaciones, su primera carrera, pero el siempre responde, "SI". Esta vez tengo que empezar despacio, dosificando, son muchos km y no sabemos nada de la dureza de la carrera. Hemos visto algún vídeo en Youtube de la I edición, pero no sabemos si iremos por ahí.
Empezamos a dejar el asfalto y tiramos para el monte como las cabras. Pruden a mi rueda.
Empiezan las primeras rampas, y ya se está volviendo exigente, y eso que lo malo no empieza hasta el km 35.
Llegamos al primer pueblo y reconozco al perro que nos está esperando, Carlos. Me pregunta por Pruden y le digo que viene detrás. Ahora vamos juntos los tres, cruzando pueblos, donde la gente te anima y yo no dejo de saludar a todas las ancianas que vemos, "GRACIAS GUAPAAAA". Pruden sigue con su ritmo, detrás, pero no se descuelga, después nos enteraremos de que lo pasa mal con el resfriado, sudor y parece que algo de fiebre.
Llegamos a un tramo, de los que no se te olvidan, una calzada de cemento, de unos 400 m. y toooooda llena de agua, pero para hacerlo interesante, con verdina. Ya nos avisaron en megafonía en la salida, el que meta la rueda ahí, se cae. Y cuanta razón tenían... Oías a tus espaldas, ZAS, ostia al canto, mirabas y veías a un biker tirado en medio del riachuelo. Nosotros por la orillita de la izquierda, evitando tocar la verdina. Pruden se llevó un buen susto cuando su rueda trasera decidió ir por libre y quiso adelantarlo, por suerte tubo equilibrio y no ocurrió nada. Al menos 4 ó 5 bikers se cayeron ahí cuando pasamos nosotros.
Vemos el primer avituallamiento en el km 10, muy pronto, nadie paraba. Me imagino que los marchadores al verlo sería un oasis, pero nosotros estábamos muy frescos aún.
Empiezan a llegar las cuestas y las primeras subidas a pie empujando ya que el terreno es impracticable y no queda otra que pie a tierra y empujar.
Sería el km 15 cuando llegamos a otro pueblo y cualquier penuria que llevaba encima desaparece al ver una cara amiga, Ana y toda la aficción animando a la entrada del pueblo. Sonrisa en la cara y foto.
 


Ahora se suceden subidas, avituallamientos y reagrupamientos. Pruden sigue ahí, un poco atrás, pero ahí. Le preguntamos, el dice que va bien, que la bici baja como un tiro pero que subiendo... no es como la rígida. Pero no se descuelga.
Yo sigo a rueda de Carlos, que se que va algo frenado por mi, pero llaneando y bajando no se escapa, en las subidas intento no perderle de vista, aunque el en las cimas me espera y después esperamos a Pruden.
Ahora llega otro tramo, de los que no se olvidan, de los que te hacen subir la adrenalina y que las pulsaciones se disparen. Hay delante nuestra una bajada de unos 4 km, estilo singletrack. La verdad es que fue el tramo que más disfruté, bajando a muy buena velocidad, serpenteando, esquivando piedras y baches que Carlos me iba cantando. Era alucinante, los reflejos estaban a tope, el tramo no permitía ningún error, la trazada tendría 30 cm de ancho, en la que teníamos que intentar meter la bici, y después teníamos solo 20 cm a cada lado de nuestro manillar. La sonrisa en la cara no se despegó en toda la bajada, y al finalizarla, un grito de alegría salió de mi boca, UAAAAAAAAAAAAAU. Nos miramos Carlos y yo y vemos la felicidad en nuestras caras. Quien me iba a decir que en breve esa sonrisa iba a desaparecer... 
La climatología quería tomar protagonismo, cuanto más subíamos, más empezaba a empeorar el tiempo, nubarrones negros y mucho aire.
Enlazamos más subidas, con buen firme y otra bajada larga y divertida, pero más ancha. Y en una subida veo a un biker con problemas. En este mundillo solemos ser solidarios y siempre que se puede se hecha un cable, así que le pregunto que si necesita ayuda y me dice que si, que tiene rota la cadena y que no sabe usar el tronchacadenas. Me bajo, y le ayudo, uso el troncha, le doy un pin de cierre rápido y solucionado. Nos llevó el tiempo justo para que Pruden nos alcanzara y nos reagrupásemos. El biker llevaba el dorsal 527.


Nos acercamos al km 35 y ya empezamos a subir y subir. Las fuerzas están bien, en los avituallamientos paramos lo justo para beber agua y comer algún plátano o sándwich, Carlos por duplicado todo.... jajajaja. Llegamos a un punto de control con avituallamiento, no sin realizar una buena bajada, con una de esas curvas que te invitan a hacer un recto... y ahí empiezan las primeras gotas. Cojemos bocata, agua y empezamos a ponernos el chubasquero. En ese momento llega Pruden. Esperamos a que se pille comida y agua, que se ponga el chubasquero. Preguntamos si va bien y como no ha perdido el sentido del humor, sabemos que va bien.
A partir de ahora la carrera va a ser en solitario, seguimos unos km juntos, pero como todos sabemos, las cuestas colocan a cada uno en su sitio. Los tres haríamos todo lo que queda de carrera, unos 65 km, en solitario. Cada uno con su burra y su mente, que sería la mayor dificultad a vencer.
Carlos intentaría dar caza a todos los perros que pudiera, y después nos enteraríamos de que dio caza a un montón de ellos. Decir que lo de los perros es un club al que pertenecen Carlos y Paco, y que participaban en manada en los 101. 
Pruden se quedaría descolgado de nosotros y también se que sufrió igual que yo. Luchando contra las subidas, el barro, el frío, el agua, la lluvia y la mente.
Empezamos a coronar una cima, de esas que la ves a lo lejos y también puedes ver por donde va la culebra multicolor, y en tu mente salta el mensaje, "POR AHÍ HAY QUE SUBIR?" Pues si, por ahí hay que subir.
En la primera hora el firme es bueno a pesar de la lluvia, y las vistas impresionantes, desde arriba el paisaje que se ve es increíble, muy diferente al Sur. Bosques, las Médulas, pasamos por caminos con una anchura de 3 metros, y sus paredes de unos 4 metros de altura y el techo son las ramas de los árboles... de bosque encantado. Pero pasamos de bosque encantado a Infierno mojado.
De repente el terreno cambia, ya han pasado muchos bikers, motos y quads delante mía, por lo que ahora casi todo el camino está roto, barro y más barro, repechones largos e impracticables, imposible subirte a la bici si no es para caerte. Pones pie a tierra para hundirte hasta los tobillos, los neumáticos lo único que hacen es acumular barro y más barro y depositarlo en el arco de la horquilla y en el resto de la bici, piñones, plato, todo está lleno de pegotes de barro, y hay que seguir empujando.
Pronto descubrí que el tener que empujar y empujar minaría casi por completo mi moral. El abandono rondaba por mi cabeza, pero sabía que mientras las piernas respondieran, no lo haría.
Sin la lluvia y el barro, el sitio sería idílico, bosques cerrados, en el que apenas podía pasar la luz, mirabas arriba y no se veía el cielo, perdón, las nubes... Pero con lluvia y barro... no era el mejor sitio par ir en bici.
Mi consuelo es que todos íbamos igual, algún valiente me pasaba encima de la bici, lo veía, y me animaba a intentar a subirme yo, hasta que veía que se iba al suelo, entonces ya ni lo intentaba.
Llegó un momento en el recorrido en el que aparece la luz, un prado y una pendiente pronunciada, la corono... empujando la bici y al llegar arriba reconozco que ahí está la casa en la que había dormido Ana y los niños... y me vino el mismo pensamiento que a Pruden... porque no tengo la llave, que si no...
Coincido con un perro, que lleva una Orbea de 29", pero va con problemas, ya que una caída le ha doblado la cadena y no puede cambiar a plato pequeño, así que solo puede llanear y bajar, en las subidas el cambio va por libre y tiene que poner pie a tierra. Pero como el firme está lleno de barro y las cuestas rotas, lo hacemos andando casi todo el rato. El al final iba mejor que yo y lo pierdo de vista. Que bien van las 29" en terrenos accidentados...
Llega un momento, creo que sobre las 16:30, en el que estaba completamente derrotado, vencido, solo venía a mi cabeza comentarios como, "QUE COJONES HAGO AQUÍ, A LAS 4 DE LA TARDE, BAJO LA LLUVIA, LLENO DE BARRO, EMPUJANDO EN LA BICI, SI A MI LO QUE ME GUSTA ES EL PARCHÍS????" Gracias a que el sentido del humor no me ha abandonado, me da energía para seguir. Ahora alcanzo a dos Perros, al chaval de antes y a Sergio, los alcanzo andando... estaban en la cuneta parados solucionando alguna avería, me dicen que me ven relajado, jajajaja. Seguimos juntos unos km hasta que llegamos a un pueblo y subiendo una pendiente, andando, reconozco unos gritos y ánimos, Ana y los niños.
Ni geles, ni gominolas de gel, ni bebida isotónica, no hay nada como ver a una cara amiga o a la familia para que te vuelvan las fuerzas, los ánimos, se te olvide todo el dolor y la sonrisa a la cara. Gracias y mil gracias por los gritos, ánimos y ese empujoncito...




A partir de ese momento la carrera se hace con otro ánimo, ya estamos por el camino de regreso, son las 17:30, esto tiene que terminar en algún momento, por Dios...
Todo el ánimo insuflado por Ana y los niños... se me va por tierra cuando me adelante el primer marchador... impresionante. Ver a esa persona, que te adelante, con su ritmo, flanqueado por dos ciclistas de la oraganización... solo te salen palabras de ánimo hacia el.
Ya ha cesado la lluvia, pero otro elemento se a sumado a esta lucha, el frío. Al ir mojado, en las bajadas con el viento, el frío es muy fuerte, además, como las gafas están cheas de merda, no las puedo poner, por lo que todo el agua y barro que arroja la rueda, va a para a mi cara y mis ojos.
Sergio me pasa y yo consigo adelantar en las bajadas al marchador, pero el vuelve a recuperar terreno en las subidas, el mantiene su ritmo, pero yo sigo empujando la bici. Las piernas responden, pero el terreno sigue siendo impracticable y muy peligroso. Y después de 4 ó 5 sustos, no me apetece irme al suelo y arriesgarme a una caída y abandono. El marchador me adelata unas 4 veces y yo a él 5, por lo que consigo dejarlo atrás y ya no me bajo de la bici, por lo que consigo adelantar a algún biker y aumento velocidad.
Si ver corriendo al marchador es un ejemplo de valentía, creo que más es ver a un biker corriendo empujando su bici, sin cadena ni desviador trasero... IMPRESIONANTE. Al pasar a su lado le pregunto si le puedo ayudar, pero me dice que no tiene cadena... entonces ahí no se puede hacer nada. Le doy ánimos y sigo. Ya se ve Ponferrada, está al alcance de mi mano, ya los malos pensamientos han desaparecido, esto ya está terminando, pero como en todas las pruebas, cuando ya crees que estás a punto de llegar.... te mandan girar a la izquierda para que veas que bonitos son los alrededores del pueblo... como si yo quisiera hacer turismo a esa hora... la leche... parquecito esquivando a gente y niños, río con patitos... arbolitos y demás fauna urbana... Un par de repechones de los que hacen que esprimas las últimas fuerzas que te quedan en el cuerpo y ya veo las vallas de la organización. ESTO HUELE A META, oigo la megafonía, esto termina.
Veo el arco de la meta, alguna gente que te anima y aplaude y Ana con la sonrisa en la boca y la cámara en la mano.

Por fin, misión cumplida, objetivo conseguido 8 horas y 26 minutos. Felicitaciones de Ana y un par de besos.
Un poquito de agua...

Ahora toca preguntar por los demás, Carlos tardó 7 horas y 46 minutos. Y la mejor noticia es que Pruden no había abandonado, al menos hasta el momento de mi llegada. Ana me dijo que yo le sacaba más o menos 30 minutos, así que aproveché para ir a por el diploma, la camiseta de finisher y la medalla. Me dan un bocata y agua y vuelvo a la meta, a esperar la llegada de Pruden. Vemos la llegada del primer marchador, impresionante. Vemos también la llegada del biker que adelanté y al que se le había caído la cadena y desviador trasero, más impresionante.
Y por fin ya vemos la llegado de Pruden, objetivo conseguido, FINISHER. Entra en meta entre nuestros aplausos y los de sus hijos y con nuestro reconocimiento, su primera carrera y vaya estreno.... en 9 horas justas.
Besos, abrazos, fotos...







Bueno, a partir de ese momento no dejaremos de hablar de la carrera, todos hablamos de ella, Ana, los niños, nosotros, que si ese tramo, que si ese biker, que si uno.... La alegría ha vuelto a nuestros corazones, y se nota en la cara.
Yo hablo con mis niñas, me emociono un poco, es una alegría el poder oír sus voces. Ya había hablado con Eva un par de veces en la carrera, pero como había empeorado el tiempo y estaba embarrado hasta las cejas, no pude sacar el móvil para hablar con ella.
Al final nos duchamos, limpiamos bicis y conseguimos doblarnos para entrar en el coche y camino a la Coruña. Paramos en un restaurante chulísimo para cenar y llegamos a la Coruña a las 02:30 de la madrugada.
Por el camino me felicitan, ya que era mi 42 cumpleaños, el 1 de Mayo.
Llegamos a casa, metemos ropa en la lavadora y al sobre. A mi me tocó una cama de princesas... literalmente... la cama de Andrea, jajaja.
Todos dormidos pero alguien seguía trabajando por nosotros, Ana, incansable se levantó a las 4:30 para que la ropa estuviera seca por la mañana... increíble lo de esta mujer.
Nos vamos levantando, desayunos, y ya preparando la maleta para el regreso.
Aún quedaba la comida oficial del "club", en Órdes, habíamos quedado todos para comer. Ya os podéis imaginar el tema de conversación.... jajaja. si, la 101.
Volvemos a la Coruña, Carlos y yo preparamos mi bici para meterla en la caja y que la mensajería la envíe a Sevilla. Un café y me despido de todos, besos, abrazos y camino al aeropuerto.
Esta historia termina igual que empieza, con una maleta en un aeropuerto, pero esta vez en el de la Coruña.
P.D. Aterrizo en el aeropuerto de Sevilla a las 21:15 y ahí me espera el mayor de los trofeos, mis dos niñas, mis tesoros, que están pegando botes de alegría cuando se abren las puertas. Después de un largo abrazo y un montón de besos, ya estoy en casa.
Saludos.