Vistas de página en total

lunes, 28 de noviembre de 2011

Aznalcóllar - Castillo de las Guardas y vuelta

Hola a todos. Bueno, hoy es lunes y este finde ha hecho bueno, frío, pero no ha llovido y eso quiere decir... ruta en bici, siiiiiii.
Bueno, Pedro llevaba toda la semana poniéndome los dientes largos, me había prometido una ruta de unos 70 km, hasta la localidad del Castillo de las Guardas, pero durante la semana esta ruta ha subido y ha bajado como candidato unas cuantas veces. Esta ruta sería dura al ir y vuelta por carretera, más suave, la otra ruta en disputa era dura al ir y dura al volver, ahí estaba la cosa. El sábado por la mañana lo sabremos...
Además había un par de noticias buenas, una era que Sergio no tenía curro y podía venir, pero lo mejor era que Mario, después de no se cuanto tiempo sin dar señales de vida, venía a picar pedales, perfecto.
A las 07:45 en el garaje (este es un deporte de madrugadores) y ya casi las 8 y Sergio no aparece, pero llega justo a tiempo para montar las bicis y salir a nuestra hora. Me cuenta que ha tenido una pequeña pelea con dos carritos de carrefour al salir de la puerta del ascensor con la bici... jajaja ha ganado el...
Hoy además venía como invitado Carlos, un colega de Sergio con el que ya había coincidido en una ruta.
Llegamos puntuales y empezamos a desmontar las bicis... cuando dice Sergio... ESTO QUE ES LO QUE ES?? Miro y veo que está mirando dentro del coche de Mario... me asomo y....
QUE PEDAZO DE MARICONA, PEDAZO BURRA SE HA TRAIDO EL COLEGA, TODA LA SEMANA CALLADO COMO UNA PUTA SIN DECIR NI PIO.
Cannondale Rush de carbono, con basculante de aluminio y la horquilla lefty de carbono... pepino que te cagas.


Casi dos años de ahorro que al fin dan su fruto, felicidades amigo, lo que la vas a disfrutar.
Después de arañarnos la cara y probarla, los allí presentes emprendemos camino.
Hace un frío que pela y cada uno ha elegido las "capas" de ropa que su experiencia e instinto le aconseja, yo me puse culote largo, con cubre-botas, una camiseta térmica y una cazadora cortavientos, y la indispensable braga al cuello. Pero había de todo, culotes cortos, maillots cortos con manguitos..., muchos guantes de esquiar... Todo vale contra en la lucha contra el frío, pero hay que pensar que después sube el termómetro y ya va sobrando ropa...
El grupo está formado por unos 10, pero la ruta completa, por problemas de horarios y compromisos la terminaremos sólo 6.


En los primeros km siempre hay estas charlas para ponernos al día de todas las novedades y cotilleos, pero casi todas las miradas van para la niña de Mario, al menos la mía. Me cuenta toda la odisea para conseguirla, hablamos de precios y números, esas cosas que se quedan en el monte.
Para entrar en calor no hay nada como hablar y hablar para que se te olvide. Se pone a mi lado Manolo y me dice que ha leído mi entrevista en el blog, y nos echamos unas risas hablando de ella, le comento como la gané y como fueron las preguntas y demás.
Ya dejamos el asfalto y empezamos a meternos en la sierra.
Delante Pedro y demás componentes de club, yo voy con Mario y a ratos con Sergio, pero veo que Carlos se va quedando descolgado. Decido bajar el ritmo e ir un rato con el, para animar y apoyar.
Una cosa que tengo clara es que la gente que viene por primera vez a Aznalcóllar y no sabe dónde se mete, a mi me gusta hacer lo mismo que hicieron conmigo, alguien a mi lado, dando apoyo y consejo. Que ya son durillas las subidas y si se hacen solo.. más duro se hace.


Me comenta que tiene problemas con los abductores, que se le suben con facilidad y tiene que dosificar... yo miro el velocímetro y van sólo 15 km... Yo le voy avisando, poniendo en antecedentes, le digo la realidad. Todo lo que se baja, aquí hay que subirlo. Una cuesta si tiene nombre... jodido y si es de mujer... más todavía. No es asustar ni espantarlo, es para que sepa dónde se mete.
Desde luego lleva una bueno burra en 9 kilos... toda ayuda es poca.
Coronamos una subida y estamos en lo alto de la sierra y Pedro me dice que mire al otro lado, en el horizonte a ver si veo un repetidor meteorológico, pues hasta allí tenemos que llegar... yo por más que afino la vista... no lo veo, os juro que no lo veo. Paramos, miro y lo veo, pero aquello es la cabeza de un alfiler, no un repetidor... Anda que no está lejos.
Aprovechamos y fotito con madroño...

Detrás os juro que está el repetidor...

A quien están mirando???

Ahora bajamos hasta llegar a la cuesta de los chinos, momento en que mi "niño" aprovecha para hacer lo que siempre hace que salimos en bici, mear y abonar el campo, jajajja
No subimos los chinos si no que giramos a la izquierda, decido esperar al cagón porque este es capaz de tirar recto. Efectivamente, a los 10 minutos llega ligerito de peso y si no lo aviso, sigue recto...

Qué feliz después de abonar el campo...

Ahora el paisaje cambia, ya has más vegetación alta, árboles y cuestas. Esta zona es nueva para mi, me gusta.
Carlos sigue atrás y cuando veo que se queda muy descolgado paro y lo espero, pero el sigue y sigue.
Parada plátano y un par de fotitos.


Mario en una bajada ha perdido una botella de la horquilla...

Ahora emprendemos la marcha y sólo quedamos 6 de los 10 iniciales, un par tenía que estar pronto en el pueblo y los otros dos van a su ritmo por otra ruta.
Nos metemos por la una finca con el aviso de que hay ganado suelto... y yo de rojo... MALO SERÁ.. 
Cerramos la cancela y nos metemos, hay un par de repechones de plato pequeño y piñón grande. Estas subidas son intensas y divertidas, ninguno la sube igual, unos hasta arriba, otros casi, casi, y otros ni lo intentan. Yo creo que estas subidas son muy buenas como entreno para los maratones que te encuentras a lo largo del año, así que hay que intentar subirlas, si o morir en el intento.
Ahora llegamos a un pueblo, Pedrosillo, formado por....2 casas... espero que los vecinos se lleven bien. En estos "pueblos" Pedro siempre gasta la misma broma a los nuevos, en los que me incluyo, y siempre dice, "cuidado con el semáforo" y pasas delante de las dos casas pensando quien coño ha puesto aquí un semáforo. Un km después de dejar el pueblo, siempre le preguntan... dónde estaba el semáforo? CLAVO.




Ahora viene una subida por carretera bastante larga, con una inclinación interesante. Voy con el pelotón pero al mirar atrás no veo a Carlos, se ha quedado muy descolgado... paro y lo espero. Me alcanza y lo acompaño.
- Killo, a que hay momentos en los que piensas, para que co...ño he venido yo aquí? le digo
- Eso lo llevo pensando desde hace bastantes horas. me responde...
Enrique baja y nos viene a acompañar y al llevar un par de minutos le dice a Carlos que lleva bajo el sillín, que por eso puede que tenga problemas con las rodillas.

Solucionamos el problema y coronamos el puerto. Ahora viene una larga bajada hasta el pueblo. Es una pasada ver todo el pueblo desde arriba, se ve el Castillo, las casas... el castillo y las casas... vamos, todo.
Llegamos a la plaza y fotillos.




Ahora lo que queda es subir para salir del pueblo, un largo puerto, y la vuelta unos 30 km por carretera.
Empezamos a subir en pelotón, ahora Pedro y Manolo se quedan cuidando de Carlos y yo subo con Mario, Sergio y Enrique. Vamos haciendo relevos, pero que el que marca el ritmo es Enrique.
Mario primero y Sergio después se van descolgando del grupo y yo voy a rueda de Enrique. Cornonamos y a esperar al resto del pelotón.
Enrique dice que baja a por Carlos, Sergio dice que sigue un rato el solo y en esto llegan Pedro y Mario.


Al fondo fauna autóctona...

Al rato, llega Manolo y nos dice que Carlos está subiendo andando y Enrique con el, peor que el se tiene que ir que llega tarde, le deseamos buen camino y se va.
Ponemos música, seguimos viendo la burra de Mario... y al rato llegan Carlos y Enrique. Montamos y seguimos camino a Aznalcóllar.
Alcanzamos a Sergio y pensando que nos seguían los demás, nos damos cuenta de que estamos Mario y yo solos. Seguimos charlando, esta vez como padres de niñas, intercambiando experiencias y aprendiendo consejos del que tienes hijas mayores, Mario.
Llegamos al pueblo y han salido 71 km. Ha sido una buena ruta y a un ritmo bastante cómodo.
Aquí os dejo la ruta en el MAPS.
Saludos a todos.


martes, 15 de noviembre de 2011

Guillena - La Cantina - Castilblanco de los Arroyos - Guillena

Hola a todos, bueno, el Domingo hicimos una ruta de lo más entretenida. Los que sois de por aquí abajo ya os es familiar y poco vais a descubrir en esta entrada, pero para mi ha sido un descubrimiento. Muchos somos los que nos vamos a Guillena para hacer nuestros entrenos y también son muchos los que desconocen este "circuito" Lo mejor, las vistas del embalse del Gergal.
A las 08:30 quedamos mi amigo Sergio y yo en el garaje para montar las burras y salir hacia Guillena. Llegamos al principio de la vía verde. Cada día hay más y más gente... dentro de poco pondrán a algún gorrilla para que podamos aparcar los coches...
Vamos buscando la entrada hacia el tramo restringido y no nos dejan de pasar bikers... y bikers... y coches con cazadores. Nosotros dos moscas, porque parecía que había una concentración y no nos habíamos enterado... impresionante.
Nosotros a nuestro ritmo, en principio no íbamos a sacar los cuchillos, pero cada vez que vamos los dos solitos y si ninguno está convaleciente por lesión o caídas... siempre nos gusta llevar un ritmo "alegre" para ver como vamos de nivel...
Empezamos suave, hablando, esta es quizás los mejores momentos que tiene la bici, el ir con un amigo, en mitad del monte para poder hablar, desahogarte de las penas de la semana y después de poner todas las cosas en su sitio, ya se olvida uno de todo y empieza a ser consciente de la belleza del lugar en el que se encuentra.
Lo que prometía ser un pacto de caballeros se fue rápidamente al carajo con la primera cuesta que pillamos y a partir de ahí el ritmo no fue decreciendo. Empezamos a adelantar a muchos de los que nos pasaron al principio y también somos adelantados por alguno.
Se nota que está cerca la media maratón de los Palacios y la maratón de Sevilla, que cantidad de corredores... Tendremos que tener cuidado para no atropellar a ninguno en cualquier curva cerrada.
La ruta transcurre paralela al embalse, con sus subidas y alguna larga bajada. Hoy las bajadas las tengo que negociar finamente ya que el neumático trasero es estrecho y para barro y la verdad... no me apetece nada ver la flora y fauna que hay por las cunetas...
Con este ritmo llegamos a La Cantina, el oasis de la ruta, en compañía de otro chaval que nos seguía el ritmo, pero al llegar a la Cantina nos abandona.
Seguimos hacia la presa y empezamos la larga subida que nos lleva hasta donde están unas fincas con ganadería brava. Impresiona ver a esos animales, con esa cornamenta... no puede uno evitar pensar a la velocidad que subirías las cuestas si alguna valla estuviera abierta...


En esta subida, Sergio y yo no dejamos de vernos, pero en esta ocasión, por suerte yo voy delante. Aquí vamos adelantando a más gente y también nos adelanta alguno.
Llegamos al cruce y giramos a la derecha, camino Castilblanco de los Arroyos. El tramo que queda consiste en una larga subida, no muy pronunciada pero un larga y rápida bajada al embalse.
Al llegar al embalse parada técnica para geles, barritas y cambiarle el agua al pajarito...
Llegamos al pueblo y ahora vamos a ir por carretera unos 4 ó 5 km para después desviarnos por el Camino de Santiago.
El sábado de la semana pasada, como había llovido tanto, al hacer esta misma ruta no fuimos por este camino, si no que tiramos por carretera hasta Burguillos. Pero como no ha llovido ahora el camino estará mejor.
Sergio me va medio avisando, medio acojonando sobre este camino... que si está muy roto, lo estaba, que si está lleno de piedras, lo estaba, que si había regueros dejados por el agua y los había, vamos que si los había.
Antes de coger el desvío, los dos coincidimos en que comparado con la ruta del finde pasado, íbamos muy bien de tiempo... error. Cogemos el desvío y empezamos a ver flechas amarillas y piedrecitas en los postes. Que recuerdos del verano pasado...
Vemos a unos pocos peregrinos, pero los vemos de casualidad, ya que nuestros ojos prestan atención a cualquier piedra o escalón que hay en el camino. Llamarle camino a esto... es un piropo, pero la verdad... yo estaba disfrutando como un enano. 
Yo delante intentando llevar la trazada buena, Sergio a rueda, pero más cauteloso... le sigue penalizando la técnica y los miedos. La mejor forma de afrontar estos caminos tan rotos, es confiar en que consigues ver la trazada que consigue superar los obstáculos o la otra forma es ir con un poco de miedo e inseguridad. Yo personalmente prefiero la primera, corres el riesgo de una caída más dura, pero si vas por la trayectoria buena, no te caes. Lo malo es la opción 2, si vas inseguro... vas más lento, pero las probabilidades de caerte son mayores.
Una piedra suelta, la rueda delantera que pasa por encima y el desplazamiento del conjunto piedra-rueda, hace que nos llevemos un susto al caerse Sergio. La peor parte se la llevó el sillín, que del golpe se salió uno de los raíles. Pero la cosa quedó en eso, un susto, menos mal.
Paramos un largo rato intentando meter el raíl en su sitio, temiendo que Sergio tenga que terminar la ruta sin sillín... sería un final feliz???? jajajaja
No lo conseguimos y la solución pasa por sujetarlo con una brida.


Fauna autóctona..


Seguimos ruta pero ahora bajando con más precaución, y aún así no me libro de salir con los pies por encima del manillar... pero sin consecuencias.
Este camino de Santiago va a ser de lo más interesante... no llevamos más que un par de km cuando noto que la bici se va para todos lados, miro... pinchazo, vamos... estamos acojonados, faltan poco más de 9 km para llegar a Guillena y en 5 km nos ha pasado de todo... Llegaremos sanos y salvos a Guillena??? Si, no preocuparse que llegamos... jajaja. 
Se ha metido un pasador de unos 5 cm de largo y un diámetro de más de 3 mm, no hay moco verde que valga... y eso que voy estrenando neumático...


Ante un pinchazo, el buen humor.


Un caballete de taller improvisado.


No es por tirarnos flores, pero así se tira una cámara pinchada en el monte... a la espalda.

Lo que parecía una pista para probar las suspensiones de los tanques, ya va tomando forma de pista para mtb y de ahí entramos en el polígono industrial. Ahora 2 km para llegar a Guillena no sin antes clavar frenos al llegar a la altura del primer bar y tomar un bien merecido botellín.
Bueno, al final todo el tiempo que habíamos recuperado antes de entrar en el camino de Santi, lo hemos perdido con la caída, sillín, pinchazo y botellín. Pero se ha pasado una buena mañana de mtb... unas risas, sacamos los cuchillos y he descubierto una nueva ruta.

Aquí os dejo un link del mapa.

Saludos.