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lunes, 26 de septiembre de 2011

II Maratón de Cala

Hola, parece que el blog va tomando vidilla, va surgiendo de las cenizas veraniegas ahora que ha llegado el otoño, para mi, la mejor época para salir en bici y participar en carreras. Las mañanas son frescas y tarda más en salir el calor por estas tierras andaluzas.
Bueno, este finde he participado en la II Maratón de Cala. El año pasado tuve la suerte de participar en su primera edición y si el tiempo, las ganas y la edad.... jajaja, lo permiten, me encantaría seguir participando en las siguientes ediciones.
Bueno, este año, como el año pasado he tenido la suerte de contar con la compañía de Ramón, Inma, María y como no de mi mujercita y de Raquel. Eva este año ha vuelto a hacer un fantástico reportaje gráfico.
Pero la revelación de una gran promesa ha sido mi amigo Sergio, que venía estrenando su Orbea Alma de 29"... un pepino. Además, conseguí que hiciera la larga, 87 km. Su primera Maratón.
Bueno, después de quedarnos dormidos... y montar bicis en el coche, cogemos camino a Cala.
Llegamos a Cala y bajar bicis y a recoger dorsales.


Bueno, los nervios, un frío que pela, a 14ºc. Yo sabía lo que me quedaba por delante, Sergio no. La estrategia era engañarlo durante 87 km y que hiciera la larga. Tenía mente y piernas para hacerlo, aunque el tuviera sus dudas.
Salida con 15 minutos de retraso y los primeros metros por el pueblo. Gente en los portales, alguien que animaba.. yo animando a la gente para que animara... como siempre, jajaja.
Bueno, salimos del pueblo  y ya buscamos las primeras pistas. El paisaje de esta zona es completamente diferente al que estamos acostumbrados en Aznalcóllar. Aquí hay más vegetación y al estar lindando con extremadura, está todo lleno de alcornoques y cerdos... Además, hay muchas más paredes pero también hay zona de pistas.
El protagonista en los primeros km es el polvo y las paredes, esto va haciendo la selección natural, cada uno va buscando su ritmo y sitio en la culebra del pelotón.
Sergio sigue a mi rueda, pero sigue atento a las sensaciones de la bici, por fin tiene una horquilla que amortigua y se bloquea y su cambio SRAM X9 y X0 va de lujo, precisión y ningún problema.
En las subidas Sergio me enseña los dientes y vamos a relevo, pero en las bajadas... ahí me dejo llevar y le saco metros. Aunque la 29" traga de maravilla con esas ruedas, Sergio aún no tiene confianza con la bici, aparte confiesa que le falta algo de técnica en las bajadas, algo que con series y salidas más técnicas se soluciona.
Antes de darnos cuenta llegamos al primer avituallamiento, líquidos y manzanas. Seguimos un rato por carretera, tranquilos, buena conversación y comentar las jugadas.
Llegamos a las minas de Cala, esta zona ya la conoce Sergio de cuando hicimos la cicloturista de Santa Olalla del Cala. Subir, subir y subir hasta llegar a una altiplanicie (que bien me ha quedado la palabreja) llena de vacas... y piedras. Llama mucho la atención el paisaje, ya que pasamos de árboles, árboles y cuestas a una llanura completamente plana y sin árboles.... y vacas.
Aviso a Sergio de que llegamos al desvío de la larga y la corta, le pregunto si va bien, dice que si, con fuerza. Llegamos al desvío con su avitullamiento, líquido y sólido. Agua, isotónica, plátano, manzana y medio bocata que sienta de maravilla. De frente la corta, llana, hacia Cala, a la izquierda, tremenda subida de kilómetro y medio hacia las minas del Teuler. 
Enfilamos la subida, al llegar arriba, cambiar el agua al pajarito y aceite para las bicis. Yo desde el km 20, llevo jodido el núcleo de la rueda trasera. Esto quiere decir que en las bajadas parece que llevo un gato maullando en la rueda...
Llegamos al pueblo juntos y vamos al desvío de la larga. Ahora viene una zona llana, pisteo, bordeando fincas. Ya le comento a Sergio que vamos buscando la subida del Tentúdia, que son unos 7 km de subida, por pisteo, pero que con el calor se hace muy pesado y largo.
Llegamos a la señal de la subida. Siete km parriba. Los animos son buenos, nos adelanta gente y adelantamos gente, la subida da para todo, hasta para ver a una oveja muerta a la sombra de un pino...
Aviso a Sergio que ahora llega una bajada rápida, de unos 2 km y llegamos al avituallamiento. 
Llego al avituallamiento y me preguntan que si falta mucha gente, le digo que alguno viene. Eso es síntoma de que vamos lentos... pero estamos disfrutando de paisaje, compañía y conversación.
Recuperamos fuerzas y aviso a Sergio de que llegamos a LA BAJADA... Le aviso de que son dos partes una muy muy mala y técnica y la otra peor. De estas bajadas que cuando llegas abajo dices... cómo coño he bajado eso...
Enfilamos la bajada y cada uno a su ritmo. Adivinando la trazada y con cuidado. El terreno está muy roto, se nota que ha sido un curso de riachuelo y se ha llevado toda la arena y a sacado afiladas piedras, con escalones. Consigo llegar abajo sin ningún percance y espero a Sergio, que aparece al rato... entero y sin incidencias, menos mal.
Ahora viene terreno rompepiernas y después un poco de pisteo para llegar a la guinda del pastel.
Llegamos a una especia de avituallamiento, aunque más bien es un punto de información. A la derecho, 4 km llanos a Cala, a la izquierda, 6 km de subida a molinillo, con una bajada con tierra suelta de la que si te caes terminas 200 metros abajo rodando y en el hospital. Después pisteo con bajadas hacia Cala.
Sergio me pregunta, y le digo que tire para adelante, que como me quite el casco le doy con el en la cabeza... no sabía el pobre lo que nos quedaba por delante.
Empezamos a subir, primero levemente por pistas para después poner el molinillo y no soltarlo hasta llegar al alto de Aguas frías. Como yo sabía la velocidad de crucero que íbamos a llevar, pongo la música en el móvil, que todo ayuda. Adelantamos a algún ciclista que va empujando de la bici y al coronar.... sorpresa, mi niña está allí arriba gritando de alegría al ver a su papi. También están Inma, María, Rafael. Se me quitan los calambres y todos los dolores al ver a mi niña.
Foto de rigor.


Ahora viene lo divertido... la bajada... Le deseo suerte y precaución a Sergio y me lanzo abajo.
Al llegar abajo espero a Sergio, que llega al momento, pero de tanto frenar, cuando queremos reaundar la marcha se ha clavado la pastilla de freno trasera en el disco..
Ahora buscamos el pueblo, por anchas pistas y bajadas largas donde consigo velocidades de hasta 67 km/h... impresionante. Y empiezo a marcar distancias con Sergio. 
Sigo en solitario y pensando que sacaba distancia a Sergio... pero no, el avanzaba y recuperaba distancia.
Este año la sorpresa era que han rehabilitado el castillo del pueblo, me alegro, pero para mi que se han gastado todo el presupuesto... en el castillo, no han dejado nada para arreglar el camino para subir al castillo... pedazo de cuestas después de 87 km en las piernas... 
Empiezo a subir y oigo que hay gente animando a alguien que viene detrás... miro y es Sergio. Justo en es instante... pedazo de calambre y me tengo que bajar, me quedo clavado... Me pasa Sergio, me recupero y lo alcanzo cuando en la siguiente cuesta pone pie a tierra. Subimos juntos, andando, montamos en la burra y entramos en meta cogidos de la mano... Los pelos de punta.
Ha sido una pasada, su primera maratón enterita. Hicimos el 280 y tantos de 450. En 6 horas y media. Muy bien para ser la primera.
Bajamos del castillo por lo que parece que es un camino árabe que han dejado igual que estaba cuando lo hicieron los árabes... vamos, para matarse... vamos al punto de comida y ... pedazo de comida... riquísa, entró de maravilla...

Bueno, puede que haya sido un poco ladrillo la crónica, pero así ha sido la ruta.
Saludos, nos vemos por el monte.
Enlace al track, aquí.


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